Así como, en la actualidad, algunas personas practican fitness para ponerse o mantenerse en forma, otras echan en falta algún método para hacer nacer o desarrollar su vida espiritual. Los ejercicios que propone este libro solo requieren unos minutos cada día, aunque se pueden prolongar lo que se precise; en principio, con cinco o siete minutos, cuando más diez o doce, por la mañana o al final del día, son suficientes.
El intervalo que separa un ejercicio del siguiente, es decir, un día, no debe de ser entendido solo temporalmente, sino más bien como un espacio de atención flotante, es decir, como una actitud de escucha y de acogida hacia todo lo que nos sobrevenga, incluso lo que pudiera parecer de menor importancia. El libro está pensado para todo tipo de personas: jóvenes, mayores, casados, célibes, mujeres, varones…, solo es necesario que, como buenos deportistas, estén dispuestos a hacer algún pequeño sacrificio para llegar a la meta que en este caso es el encuentro con Jesús.