El trastorno depresivo mayor es habitualmente un desorden crónico y recurrente, considerado la principal causa de discapacidad en la actualidad según la OMS. Diferentes trabajos han acentuado la importancia de su detención y tratamiento temprano basado en la evidencia, con el fin de lograr la remisión y posteriormente la recuperación.
Sin embargo, en la mayoría de los casos el tratamiento debe continuar para evitar que se produzcan nuevos episodios (recurrencias). A su vez el número de episodios previos es predictor de una mayor probabilidad de recurrencias, lo cual facilita un deterioro que predispone a la depresión resistente al tratamiento (Alvano et al ., 2020).
La terapia cognitiva preventiva, es una de las intervenciones que ha demostrado una lata eficacia en evitar recurrencias.