Este es un libro para maestros emocionales, que quieren aprender de sí mismos y enseñar a los adolescentes el valor de las emociones en el desarrollo de una vida con sentido. Las emociones, como los valores, no pueden educarse solamente desde la razón. Las competencias emocionales, como la ética, no pueden transmitirse verbalmente, sino que deben mostrarse en la relación y mediante el ejemplo. Así, la educación en emociones requiere de un maestro que, a su vez, haya desarrollado sus propias competencias emocionales.
En ese camino, este programa presenta una reflexión sobre el sentido de las emociones y la educación emocional en las aulas, así como una sugerencia práctica estructurada, a la vez que flexible y versútil. Con ello se pretende ayudar al maestro emocional tanto en la necesaria reflexión sobre la educación emocional, como en su puesta en práctica. Además, la obra presenta una valoración sobre el programa realizada por los propios adolescentes participantes.
Sus testimonios son muy importantes, pues sirven tanto para avalar las sugerencias que aquí se exponen, como para mejorarlas. Pero también pueden servir para que tú, que eres o quieres ser un buen maestro emocional, puedas desarrollar tus propias acciones educativas.