Los protagonistas de la violencia social no suelen ser habitualmente enfermos mentales, sino más bien personalidades antisociales desarrolladas en medio del abuso infantil, de los problemas económicos, de la humillación del castigo físico sistemático o de la ruptura familiar. El alcohol o las drogas son, con frecuencia, el detonante principal de la violencia, que en ocasiones puede estar acentuada por el impacto de la pornografía y del mimetismo de las películas violentas, así como por la notoriedad adquirida por los delitos cometidos en los medios de comunicación.
En este libro se exponen los aspectos psicopatológicos implicados en las conductas violentas, en general, y en la violencia sexual en particular. Se analiza el problema de la violencia en el hogar y en el sistema penitenciario, con una atención especial al estudio de los permisos penitenciarios de salida. Se señalan las posibilidades de intervención a nivel clínico, familiar e institucional sobre las personalidades violentas, así como los resultados y límites de dichas intervenciones.
Por último, se trazan algunas vías de actuación a nivel preventivo en el ámbito de la familia, de la educación y de los medios de comunicación.