Morir en sábado significa mucho más que morir el sexto día de la semana. Significa morir acompañado, ligero y consciente. Significa morir despierto, atento y generoso. Este libro reseña las experiencias personales y comunitarias de un tanatólogo y cinco niños que murieron en sábado. Cada uno de estos pequeños construyó con su vida y su agoná un regalo extraordinario que permitió, a quienes tuvieron el privilegio de rondar sus camas durante esas últimas semanas, transformar y releer sus propias vidas.
Estos niños sabios, santos, revolucionarios y genios, construyeron regalos sencillos pero poderosos, entrañables, inolvidables, útiles. Son cinco experiencias de vida que permiten encontrar sentido y sensatez frente al devastador evento de la muerte de un niño pero, sobre todo, son cinco vidas que nos ayudan a todos a descubrir cimientos desde los cuales construir sentido para nuestras pequeñas pérdidas cotidianas y para las grandes manifestaciones, inevitables, del dolor en la vida humana. Ojalá podamos todos, un día, morir en sábado.