El género como concepto data de fines del siglo xx, como constructo social, cuando el sexo biológico no alcanzaba para explicar los comportamientos de las personas. Si bien en un principio era muy difícil de separar el sexo del género, a medida que pasaron los años, se profundizó su estudio y se cuestionaron desde un punto de vista teórico, filosófico y científico las posturas tradicionales permitiendo instaurar no solo un nuevo pensamiento del ser humano sino también una apertura a conceptos sociales más amplios y abiertos con respecto a las vivencias personales del género y del sexo que construyen día a día realidades sociales diferentes.
La sociedad crece cuando pone en duda sus principios morales y filosóficos, en el enfrentamiento maduro de planteos acerca de las necesidades sociales que se presentan. Las cuestiones de género son un desafío social y como tal enfrentado con madurez, observación, conocimiento y propuestas genera un nuevo paradigma. El género es un concepto humano, cultural, social y político que se construye alrededor de la diferencia de los sexos, que adopta roles y significados personales y que en lineamientos generales cada persona lo hace a su imagen, con sus preferencias y a través de sus vivencias; pudiendo coincidir enteramente con la biología como fluctuar o ser determinadamente opuesto a ella.
