La soledad tiene tantas caras como rostros tienen los seres humanos.
Es inspiración donde el amado sueña con la amada. Es tema de canciones románticas. Es lugar filo¬sófico de encuentro con las ideas y los interrogantes de la vida. Es territorio psíquico donde caben la cordura y la locura, el optimismo y la depresión, la pasión por lavida y las ideaciones suicidas, las serenidades y las obsesiones y las sensateces y las demencias. Es protectorado del alma que facilita laapertura de espacios de experiencia mística. Es terreno de encuentrocon nosotros mismos. Es calabozo vital impuesto por la necesidad decompañía no satisfecha.
La soledad forma parte de la vida.Pero hay una soledad indeseada que hace sufrir. Una particularsensibilidad ante esta soledad se está urdiendo en nuestros días.
Estas páginas buscan comprender esta experiencia para humanizarla,para acompañarla saluda¬blemente, para hacerla fecunda cuando esinevitable, para matarla cuando es evitable mediante acompañamientosacordes a la dignidad humana.