Envejecer es un proceso propio de todos los seres vivos, está relacionado con el declive general de las funciones fisiológicas, incluidas las cerebrales; lo que conlleva a deficiencias conductuales, cognitivas y emocionales. El proceso enfrenta retos propios de la etapa, donde los más relevantes son aquellos que involucran la pérdida de las capacidades funcionales, emocionales y cognitivas, ya que dichas modificaciones, aunadas a enfermedades crónico-degenerativas, pueden llegar a limitar al adulto mayor en sus actividades diarias y, como consecuencia, la pérdida de autonomía.
En los ultimos años, México ha tenido diversos cambios poblacionales, resultado de la dinámica de sus componentes demográficos, esencialmente por el aumento de la población de adultos mayores que, por un lado, pasará de 3.5 a 4.3% entre el 2000 y el 2018 y, por otro lado, por la disminución del crecimiento de la población que pasará de 1.3 a 0.7% durante el mismo periodo. Además, otro factor importante es que el promedio de vida del mexicano se duplicó durante la segunda mitad del siglo XX, pasando de 36 años en 1950, a 74 años durante el 2000, aproximadamente.
Este crecimiento ha generado diversas preocupaciones en el área de la salud, sobre todo porque 54.8% de los adultos mayores en México viven en localidades urbanas, mientras que 45.2% vive en localidades mixtas o rurales. Lo anterior puede generar que el adulto mayor que reside en zonas rurales y mixtas tenga menor acceso a una supervisión médica frecuente, así como un aumento de la probabilidad de vivir solo. Estas dos problemáticas importantes se reflejarían en: la falta de diagnóstico y el incremento de depresión en el adulto mayor.
El incremento del envejecimiento en la población mexicana, contribuirá de manera inevitable el aumento de la Enfermedad de Alzheimer a nivel mundial. Actualmente, esta enfermedad representa 60% del diagnóstico de las demencias en todo el mundo, y su crecimiento es tan vertiginoso que para el 2050 se prevé que existan 72 millones de adultos, de 60 años o más con Alzheimer, de los cuales 8.4 millones vivirán en América Latina. Suficientes motivos hay para que el sistema de Salud Pública se centre en este fenómeno y pueda proporcionar protocolos de evaluación e intervención adecuados a estas personas, de tal forma, Envejecimiento: evaluación e intervención psicológica ofrece un atisbo.