La experiencia Es.TAR. surge del interés de un profesor de tenis ante la necesidad de hacer algo por aquellos sectores sociales más desfavorecidos y de la ulterior conformación de un grupo profesional que se abocaría a lograr tal objetivo.
Como consecuencia de ello, la idea cobraría su sentido, culminando en la implementación de cuatro escuelas de tenis adaptado dirigida a sujetos con discapacidad intelectual y/o mental.