De la violencia del trauma a la organización de la crueldad, ése es el recorrido insistente de los sujetos y de los grupos humanos. El sinsentido del trauma como radical exposición al otro, se arropa en la crueldad de la significación persecutoria que rige no sólo los discursos sino también los comportamientos de los hombres. La crueldad se convierte así en componente del víanculo social.
Esclarecer la diferencia entre violencia y crueldad, y sus consecuencias clínicas, forma parte de la experiencia analática y es tarea de la vida del sujeto. Dicha tarea será definida en este libro como aquel conjunto de fuerzas y actos que resisten a la crueldad. Nunca podremos, en consecuencia, confundir legalidad y moralidad. Estamos expuestos a las consecuencias de ese desajuste. La interpretación es el estandarte de la calumnia. El padre, especialmente el padre contemporáneo, no es tanto el de la autoridad como el de la condena y la confusión, y en cuanto a la mujer sigue siendo insoportable para todas y cada una de las propuestas de unificación fálica.
¿Es el psicoanálisis el porvenir de una ilusión o la experiencia de la causalidad traumática del sujeto que no admite ser legislado? Aufzubrechen dice la elegá de Holderlin, empeño y desbroce, insistencia contra la exhibición de lo inerte.