La gestión del conflicto y la negociación en las organizaciones se ha limitado con frecuencia a los aspectos estrictamente legales o judiciales de las relaciones entre los trabajadores y la dirección.
Sin embargo, las partes enfrentadas en un momento dado en la organización, destinadas a cooperar, no pueden abstraerse de los motivos, las percepciones, los estereotipos, la presión del grupo y otros procesos que subyacen en la conducta de los negociadores.