Un diamante nunca brilla si no es pulido… por otro brillante. Los padres somos brillantes que tallamos a base de normas, límites, enseñar a vivir en sociedad, es decir, de educar, de transmitir valores, de alimentar, de darles las horas de sueño que cada uno necesite…
Las familias con bebés y niños en casa han de compaginar horarios y responsabilidades, múltiples y exigentes, con las necesidades propias y únicas de sus peques. La autora muestra una manera distinta de criar y educar respecto a métodos ya gastados que persiguen sus objetivos percibiendo a los bebés como seres molestos, que han de dejar tranquilos cuanto antes a sus adultos.