- Juego completo: (Manual, Cuaderno de Aplicación de la Versión para Adolescentes y otro de la Versión para Adultos).
- Edad: Adolescentes y Adultos.
Esta escala se ha diseñado con la pretensión de limitar los problemas relacionados con la validez y fiabilidad. En cualquier caso, proporciona una indicación de cómo el alumno percibe su autodeterminación.
Las percepciones individuales son aspectos críticos para llegar a ser autodeterminado. Los alumnos pueden poseer todas las destrezas necesarias para ser autodeterminados, pero si nunca se les ha permitido emplearlas, pueden llegar a creer que no son capaces.
El propósito de este instrumento es por una parte, valorar el nivel de autodeterminación global de los alumnos con discapacidad, así como de las características esenciales de la conducta autodeterminada, y por otra, servir de herramienta para guiar la actividad de los educadores e investigadores.
La evaluación tiene múltiples aplicaciones en educación: aportar datos para el diagnóstico y las decisiones relativas a las modalidades de escolarización, evaluar los puntos fuertes y débiles de los alumnos, planificar las estrategias de intervención y evaluar la efectividad de la intervención. Pero la evaluación también puede usarse de manera inapropiada, como por ejemplo: para excluir a las personas de determinados servicios o para mantener propuestas de intervención anticuadas o muy intrusivas.
La escala ARC se ha planteado como una herramienta que valora las capacidades de los alumnos y las oportunidades para que lleguen a ser más autodeterminados. Constituye un vehículo a través del cual, y con los apoyos y medios adecuados, los alumnos pueden: Evaluar sus propias creencias acerca de sí mismos y su autodeterminación. Trabajar cooperativamente con sus educadores para identificar sus puntos fuertes y débiles. Autoevaluar su progreso en autodeterminación a lo largo del tiempo.
Asimismo, esta escala beneficia a los alumnos al facilitar a los investigadores una herramienta con la que valorar qué ambientes, estrategias de instrucción y materiales curriculares posibilitan o impiden su autodeterminación. Las voces de los alumnos con discapacidad son con frecuencia las menos oídas o solicitadas en la toma de decisiones, la planificación educativa o en la puesta en marcha de un programa. En este sentido, la aplicación de esta escala puede ser una -voz- para los alumnos con discapacidad en esta importante área.