Adela Beatriz Morales fue una mujer muy rica y poderosa. La visión que obtenemos de este personaje varía de acuerdo a quien la describe: para unos era ambiciosa, inescrupulosa, calculadora, despiadada, mientras que para otros era amorosa, compasiva, solidaria, sensible.
Las voces repartidas que conforman este relato múltiple justifica la utilización de una estructura fragmentaria que juega con las unidades de tiempo y espacio. Las viñetas que se insertan entre los apartados de la novela nos remiten al discurso dislocado de una Adela trastornada por la locura.
La porción final de la historia nos revela resquicios íntimos del personaje que resultan ser conmovedores y sorprendentes. Esto, sin embargo, no contesta todas las interrogantes que giran en torno a la enigmática Adela. ¿Quién conoció a la verdadera Adela? ¿Cómo definirla? ¿Qué pasiones la consumían? ¿Sintió amor por alguien?
Adela es una novela cruda, intensa y honesta en donde Ramos demuestra una vez más su capacidad para crear personajes y tramas interesantes. Asimismo, el humor, la ironía y la oralidad que caracterizan la narrativa de este autor, se hacen patentes en esta obra que fue finalista del Premio Herralde de Novela.