La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, por sus siglas en inglés) es una de las terapias que integran el grupo de las nuevas terapias cognitivo-conductuales de tercera generación (Hayes, Strosahl, y Wilson, 1999). La terapia se basa en la aceptación plena de la experiencia privada (sensaciones, emociones, pensamientos, recuerdos…) como estrategia de cambio terapéutico, así como en la esclarificación y asunción de unos valores personales que compongan un horizonte vital de sentido.
ACT es una terapia centrada en el aquí y ahora, que contiene multitud de técnicas practicas que ayudan al terapeuta a guiar hacia la acción y la transformación a sus clientes: metáforas, ejercicios, técnicas de atención plena, actividades para casa, y un largo etcétera de estrategias terapéuticas. La principal población de esta terapia son los clientes con trastorno obsesivo compulsivo, fobia social, ansiedad generalizada y depresión. Sin embargo, en los últimos años, se ha demostrado su efectividad con otros trastornos clínicos y condiciones medicas, como por ejemplo, dolor crónico, aceptación psicológica del cáncer, estrés laboral, diabetes, epilepsia, abuso de sustancias, trastornos psicóticos, bulimia, adicciones y tartamudez.