Los juegos no son simples juegos cuando los observamos de cerca, cuando no los subestimamos. Muchos de ellos se estructuran como verdaderas obras de teatro y los niños y niñas nos invitan siempre a sentarnos en la primera fila. Entender lo que les pasó, eso es lo que le exigen a sus juegos, juguetes y muñecos. El juego les posibilita constituirse como individuos, les devuelve la subjetividad cuando el trauma del abuso los ha colocado en el lugar de objeto de placer de un otro.
El objetivo de este libro es echar un manto de la luz al mundo de los niños y niñas y al significado de la actividad lúdica que los característica. Cuanto más sepamos respetar el derecho que tienen a ser escuchados en su lenguaje natural, el juego, más podremos ser capaces de darles lo que necesitan para que puedan transformarse en adultos sanos y felices.